Redes sociales, sustancias psicoactivas, psicosis en la actualidad…

Dentro de la psicopatología del ser humano encontramos diferentes tipos de trastornos, provenientes de dos tipos de estructuras principales, la neurosis y la psicosis. Estos distintos trastornos son el resultados de la interacción entre el medio ambiente y las habilidades psíquicas del individuo, diferenciándolos así en la manera en la que perciben el mundo interno y externo al igual que la forma en la cual interactúan con ellos. 

La estructura de la personalidad es aquello que está constituido por elementos psicopatológicos fijados y definitivos, son el clivage de la personalidad de un individuo, el cual corresponde a trastornos propios de dicha estructura (neurosis o psicosis). 

En la estructura neurótica, encontramos el conflicto en la relación del yo y las pulsiones del ello. Por lo contrario, en la estructura psicótica, el conflicto se encuentra en la relación del yo y la realidad. 

En el presente ensayo se llevará a cabo una breve reflexión sobre el abuso o consumo de sustancias en la actualidad relacionado con el uso excesivo de redes sociales. 


Como bien sabemos, en las estructuras psicóticas, nos encontramos junto a un conflicto con la realidad, en donde se busca  modificar la realidad a través de su negación, con procesos psíquicos que permiten a su vez la transformación de la realidad al sujeto. 

Me gustaría comenzar con una simple pregunta ¿qué define la realidad de la fantasía? El concepto de realidad parte de diferentes conceptos y características que conforman cuestiones compartidas entre los seres humanos, comenzando con cosas tan simples como espacio y tiempo, hasta cuestiones más abstractas como lo son las experiencias y vivencias personales. Por otro lado, la fantasía son cuestiones creadas por la imaginación que pueden ser tanto individuales como colectivas, que se rigen por principios personales o compartidos, sin respetar, en su gran mayoría, los principios básicos de realidad. Si observamos la cuestión de realidad y de fantasía desde un punto de vista neurótico podríamos todos comprender que la fantasía nos funciona como método de escape a una realidad, haciendo referencia a un tipo de fantasía “creada” por la literatura, el cine o cualquier tipo arte, etc, que nos permite “escapar” de manera momentánea la realidad sin negar la realidad. No obstante, el pensar vivir constantemente en ese escape nos parece imposible al igual que angustiante. En efecto, cuando entramos en esa fantasía podemos ver el mundo a través de otros ojos y nos cuestionamos sobre nuestra propia existencia y percepción. Nuestra estructura neurótica nos permite entonces poder observar tal fantasía como fantasía más nos permite también diferenciarla de la realidad. 

Los procesos biológicos y psicológicos de cada individuo permiten al mismo a adaptarse al entorno. De igual forma, la flexibilidad de los mecanismos de procesamiento frente a circunstancias cambiantes son esenciales para la adaptación del individuo al ambiente.Sin embargo, cuando estos procesos y estos mecanismos son deficientes entonces la adaptación al entorno se verá alterada y por ende la comprensión y evaluación del entorno no será adecuada, por ende, se podría llegar a una confusión constante entre realidad y fantasía en dichos casos.


¿Que pasa hoy en día con la pérdida de realidad que podemos estar experimentando de manera masiva con el auge de la tecnología y las redes sociales en relación con el incremento del consumo y abuso de sustancias?

Si observamos ambos conceptos de manera individual, tanto las redes sociales como las sustancias psicoactivas, permiten huir de la realidad en la que vivimos a través de la “construcción” de una realidad alterna, la cual viene siendo una alteración de la realidad en la cual realmente nos estamos desenvolviendo. 

El incremento y el uso excesivo de las redes sociales ha conllevado a diferentes problemáticas, tales como la pérdida de identidad, incremento de inseguridades, aislamiento social, etc. En efecto, el uso excesivo de los celulares ha traído con él una epidemia a la cual podríamos denominar una crisis de identidad masiva. Las redes sociales están hechas para compartir datos, experiencias, pensamientos que cada individuo quiere compartir con la gente que quiera, tanto conocidos como desconocidos. Esta información siempre pasará por un filtro, el cual proviene del individuo, un filtro con el cual el sujeto comparte tan sólo la información que le parece conveniente, con finalidad de demostrar la vida que quiere enseñar. Este filtro permite satisfacer los deseos del individuo, de misma forma que lo hace la fantasía.  En efecto, las redes sociales podrían contener representaciones fantasiosas de la vida de cada sujeto que las utiliza, negando hasta cierto punto la realidad de cada uno. El problema aquí es que el contacto con la realidad ha disminuido cada vez más debido a su consumo exagerado.  Promoviendo así la satisfacción de deseos de manera instantánea, la falta de espera y la poca tolerancia a la frustración. Tomando en cuenta la fuerte necesidad de pertenencia que promueven las redes sociales. 

¿Qué sucede cuando los individuos se ven enfrentados a la realidad? ¿A una realidad que les parecerá demasiado amenazante, en la cual parecen no tener control alguno y no tener la identidad e imagen que pensaban tener? Su yo se ve completamente debilitado: ¿quién soy yo realmente si no soy el que aparento ser en redes? 

Las sustancias psicoactivas vuelven a estar en auge, se convierten en un recurso principal para el escape de la realidad enmascarado por una “búsqueda de quién soy a través de una experiencia profunda en conexión con el origen” (frase que he escuchado decir a varias personas) y así racionalizando y normalizando su consumo. 

Dichas sustancias inducen estados psicóticos en los cuales a través de la modificación de la percepción se satisfacen los deseos del ello, negando de manera parcial o total la realidad, dependiendo de la sustancia utilizada y la cantidad ingerida, al igual que del estado anímico del sujeto anterior a la ingesta de la sustancia. 


Me pregunto entonces si es que la falta de conexión con uno mismo, consecuencia del aislamiento social por el uso excesivo de celulares, especialmente de las redes sociales, ha incrementado la incidencia de trastornos de orden psicótico o limítrofes, en donde encontramos un conflicto tangible entre el yo y el ello, en cuanto a la búsqueda de identidad a través de la expresión y satisfacción total de los deseos del ello, la cual es facilitada por sustancias psicoactivas.





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